Un mundo huyendo de ti.
Un siglo construido muro tras muro.
Un agujero, un agujero y otro.
Un cuerpo enterrado dos veces.
Un gusano lento adulando la piel blanca.
A ciegas, cojeando en los recuerdos.
No sabe que un día vivió,
aiaiaiaiai no sabe que un día ella vivió.
Aiaiaiai que anduvo cazando caricias de otras personas.
No lo sabe.
Construyamos vidas
con los apellidos de los dos.
Que me miren tus ojos
sobre mi nariz.
Un corazón racional brotando sangre,
en la sequía de un río sin agua.
Huellas, marcas y huellas en la cintura,
sedienta de cualquier fuente de vida.
Construyamos vidas
con los apellidos de los dos.
Que me miren tus ojos
sobre mi nariz.
Luz.
Luz.
En realidad se pegan en las pupilas
los rayos de luz que se quedan en las ventanas.
En realidad es en las uñas
donde se sienten las manos arder.
Luz.
Se abrazan las cicatrices bajo los tejados,
los que se quieren el uno al otro a cambio.
En los labios que moja el vino dulce,
en las aceras.
Luz.
Me llevas en tus escaleras,
en las laderas que bajas en trineo.
En el floreciemiento, me llevas cálidamente,
en tu maleta.
Luz. Tu sonrisa es la luz. Luz.
Los lunes a la luna desde hace semanas.
Se amontonan las hojas caídas en los senderos.
Pero hoy, hoy no es el día.
Le sale humo a la noche.
Cuántas caricias y ni una ha acertado la noche.
Cuántas ventanas patas arriba, suplicando calor.
Pero hoy, hoy no es el día.
Le sale humo a la noche.
La falta de amor, el placer fácil, ya no valen.
La falta de amor, el placer fácil, ya no valen.
Cuántos enemigos acechando en la noche.
Dime otra vez cuál es tu condición.
Vete, y no vuelvas. Esto no es verdad.
Carne cruda, incapacidad de sentir.
La falta de amor, el placer fácil, ya no valen.
La falta de amor, el placer fácil, ya no valen.
Los lunes a la luna,
hace cuánto que vienen de nuevo.
Ahora somos nosotros
quienes nos amontonamos en los senderos.
A horcajadas
Demasiada luz para seguir durmiendo,
demasiadas estrellas para no soñar.
No creerías que de verdad te ibas a dormir, ¿verdad?
En las cuatro respiraciones de la tarde,
podría vivir de puntillas.
En las caricias que están medio dormidas,
tarara, tarara, tararararara.
Pero hoy no me valen,
desbordante de interpretaciones.
Le di muchas noches,
y le van, le van, le van,
todas de vuelta.
Mmmm….
Me senté a horcajadas
en la meta de tus suspiros.
Me pasé años a la media sombra
de la mentira de los naranjos.
Como las flores que una vez abiertas se pudren.
En los blup de los peces que hacen los mares azules, azules, azules, azules.
Pero hoy no me valen,
desbordante de interpretaciones.
Le di muchas noches,
y le van, le van, le van,
todas de vuelta.
Mmmm….
Si no es piel con piel,
jamás aprenderemos nada.
Hace tiempo que te dije,
que viviría conmigo y sin ti, conmigo y sin ti, conmigo y sin ti.
Mmmm…..
Pantanos
En las aguas de los pantanos,
hace ya tiempo que se paró
el rastro del tiempo.
Mejo no entenderlo.
Lo que pasó ya fue,
no sabemos el futuro que nos depara.
Y el presente te lo di,
envuelto en un adiós.
Es sabido que el tiempo,
todo lo cura.
Pero dime tú ahora,
¿quién curará el tiempo?
Yo también te quiero,
pero no estoy segura,
prefiero irme, me voy,
lo siento de verdad.
Sin reloj,
también respira el tiempo.
En los cobijos de la noche,
no me puedes reconocer.
Los pies en la tierra,
y bailar con el cielo.
Hacer castillos de arena,
y bañarme en los pantanos.
Cucharas
Si mi vida fuera como una casa.
Si el envoltorio de mi vida fuera como un casa.
Pondría primero un limonero muy agrio,
y ya después contruiría lo demás.
Si mi vida fuera como una casa,
repartiría en tres pisos todo el peso de mis años.
Y haría las escaleras lo más empinadas posibles,
y debajo escondites para descansar.
Y en todas las habitaciones las camas dobles,
las camas dobles y de dos en dos,
para que la unidad de dos descanse
doble y de dos en dos.
Y en una habitación dos camas individuales pegadas,
para que respiren agarrándose las sábanas.
Y delante, para que se vean siempre limpixs y desnudxs,
una ducha blanca.
Si mi vida fuera como una casa.
Conseguiría una vida en cada planta de la casa.
Y las cucharas siempre grandes y pequeñas,
y las grietas de las paredes cubiertas con fotografías.